Educador de Gatos

CAT   ESP

Taca y Norai

Por Marga Comas

La historia de Norai es la de un gatito que se quedó sin madre a los 20 días de edad y que desde entonces, ahora hace casi dos años y medio, vive conmigo, yo, una enamorada de los animales, pero ciertamente de los gatos solo desde que le vi a él tan pequeñito y solito, y eso que yo les tenía alergia... pero mira tu... las ganas y el amor la hicieron desaparecer... Desde el primer día, mordió y bufó, a veces gratuitamente y la mayoría cuando le tocaba, hecho que determinó una relación en la que "él decidía" los momentos de cariño (por las mañanas, que viene a la cama y pide mimos), excepto cuando me dejaba cogerlo puntualmente durante unos segundos (al volver del trabajo, me lo pongo encima y se mantiene medio dormido, unos segundos). Los demás intentos de acercamiento acababan rápido, bueno, no todos... pero normalmente un buen mordisco o una bufada nos alejaba. Me acostumbré, pero debo reconocer que lloré en muchas ocasiones y que en otras ¡me enfadaba con él!

Quiero recordar, el momento de castrarlo, ¡que me costó mucho! la veterinaria dijo que era mejor ir pensando en "sacrificarlo", que en 20 años había visto pocos como él, que al hacerse mayores estos gatos daban muchos problemas... acababan "atacando" a cualquier persona... ¡No volví jamás! También quiero recordar que he sufrido ante la actitud de algunas personas respecto a como es, pero en el fondo, yo tampoco sabía qué decir o hacer...

Pero... era y es, un gato con una personalidad increible (no sé cómo se dirá para los gatos...), gran cazador, investigador (todos los vecinos le conocen porque entra en las casas), inquieto, inteligente, gracioso, me sigue por la calle, muy cariñoso puntualmente... le quiero mucho desde siempre.

Taca, un gato de vida dura, de la calle, llevaba desde casi que llegamos a casa, dos años, acercándose al solar cercano, mirando desde fuera... entonces entraba en el patio, se comía la comida de Norai y huía rápido. ¡Le mandé a pastar tantas veces! Por la tarde-noche, fuera, había auténticas peleas entre ellos dos, que me despertaban... Hace cosa de 4 meses, poco a poco, Taca hizo un cambio de actitud radical. Se fue acostumbrando a la casa, yo le daba comida y él siempre rondaba por el corral, intentando entrar dentro de casa, insistió mucho, debo decir, nos había "elegido", quería formar parte de la familia... pero yo no sabía qué hacer... tenía una contradicción de sentimientos... porque con Norai se peleaban continuamente (mejor dicho, Norai le atacaba, le mordía, incluso vi escenas de sumisión de Taca hacia Norai). Pero Taca seguía intentándolo, se acercaba, tenía aun una actitud más cercana y cariñosa, entraba en casa de vez en cuando... imitaba en todo a Norai... pero parecía que a Norai le molestaba mucho, seguía "atacándolo"... (eso pensaba yo)

¡Norai ewmpezó a hacer pis por todos lados! Puertas, ordenador, paredes, etc. Entonces yo me encontraba en una situación de conflicto emocional, no sabía cómo actuar... si echar a Taca, si dejar a los dos fuera, si separar la comida bastante lejos, etc... y mientras Norai ¡fatal! y Taca con unas ganas de cariño tremendas... y yo sin saber qué hacer... Contacté con Jordi. Ya lo había hecho antes de los pipís, pero no me había decidido... finalmente, me decidí y vino, llevábamos unos tres meses de conflicto... ¡y unos dos meses con pipís!

Respecto a tu visita Jordi, decirte que me convenciste a los diez minutos porque vas directo a las emociones de todos los implicados y esto para mí es lo más importante que he hecho en mi vida, gestionar mis emociones, así que ver como lo hacías con Norai me dejó cautivada, convencida del todo, de que aquello tenía solución, que solo hacía falta hacer una terapia adecuada, que por cierto he hecho y seguiré haciendo con muchas ganas. Hoy escribo la carta, pero cuando viniste ya sabía que la escribiría, hace unos 16 días que viniste, y todo ha cambiado... ¿por qué? Porque he entendido a mis gatos, bien, mejor dicho, a mis queridos compañeros de casa... esta es la clave, he entendido, me he tranquilizado, y todo ha cambiado, juegan, comen, y hasta incluso me han seguido por la calle... ¡JUNTITOS! Además, puedo tocar más a Norai, se deja mucho más que antes... los pipís se han reducido, de verdad, a veces parecen historias increibles, pero es bien cierto. Lo más importante es la evolución que ¡hemos hecho los tres! y seguro, ¡la que haremos aun!

Taca es un gato muy dulce, cariñoso, agradecido, simpático... me ha cautivado. Norai es todo un personaje, ¡ya he hablado suficiente de él antes! Y yo, soy una enamorada de los dos, ¡me encantan!

Muchas gracias Jordi, de todo corazón, por la visita a Mallorca y por el seguimiento que haces, eres una persona excepcional, ¡no sé quien está más emocionado de los tres de haberte conocido!