Adoptamos a Hulk hará unos 3 meses, pedían adopción urgente ya que era cariñoso con las personas pero repartía estopa a los demás gatos. Nos enamoramos de esta carita de indignado que tenía en la gatera y lo fuimos a buscar enseguida. Desde el primer día, fue un gato encantador con nosotras, mimoso, juguetón, siempre a punto para dormirse en nuestro regazo.

La sorpresa fue cuando recibimos la primera visita, pasó a ser Hulk el diabólico, bufando, arañando y mordiendo a los extraños e incluso a nosotras, que no sabíamos que hacer. Preguntamos a veterinarios que lo único que decían era que era extraño, a etólogos que comentaban que debíamos encerrar al gato y que nos harían una encuesta para marcarnos pautas...Y mientras tanto íbamos evitando que viniese gente a casa porque era una angustia para todos. Contactamos con la protectora desesperadas por si tenían casos parecidos y nos hablaron de Jordi.

Nada más ver los videos nos dimos cuenta que por fin teníamos una opción. Jordi vino con su tranquilidad, su "tsss tsss" para Hulk y sus pautas para nosotras. Resulta que tenemos un gato un poco "brutote", que cuando se emociona no controla su fuerza y que nosotras le potenciábamos aún más su comportamiento (aunque lo hacíamos con la mejor de las intenciones). Aquel primer día conseguimos estar seis personas y el gato estuvo sentado tranquilamente.

Ayer hicimos el primer intento social "post-Jordi" y Hulk estuvo con 3 personas extrañas mucho más tranquilo, y nosotras también. ¡Te estamos infinitamente agradecidas por tu visita, Jordi!