Educador de Gatos

CAT   ESP

Misha, Pipa y Ona

Por Eva Miquel

Dicen que los gatos no aparecen en nuestras vidas por casualidad y yo estoy convencida. Y es que todo el proceso que hemos tenido que pasar para que Misha, Pipa y Ona tuvieran una relación estable y de respeto, ha estado lleno de aprendizaje.

Claro que esto solo ha sido posible gracias a Jordi y sus consejos, porque nosotros nos sentíamos totalmente impotentes y superados por la situación. En casa teníamos a Misha, una gata de unos 2 años que vivía plácidamente con nosotros. Pero un día su vida se trastocó, porque decidimos ayudar a una gata de la calle que estaba en los huesos y muy embarazada a parir y a alimentarse en casa.

Las tuvimos separadas y cuando fue la hora de buscarle una casa a la madre y a las crías, decidimos quedarnos dos gatitas nosotros. Y eso a Misha no le parecio nada bien. Cada vez que las intentaba juntar era un drama. Las atacaba, las perseguía y ellas tan pequeñas solo querían jugar con ella, pero se llevaban collejas y terminaban escondiéndose asustadas o no querían salir de encima mío. Cuando decidimos llamar a Jordi teníamos muchas esperanzas, porque realmente queríamos tenerlas en casa con nosotros, pero también teníamos miedo porque no sabíamos si eso tendría solución.

Cuando nos visitó y nos dijo que con un poco de esfuerzo por parte nuestra todo podría arreglarse nos tiramos de cabeza. Seguimos sus indicaciones y aunque fue duro y a veces no veíamos la luz al final del túnel, después de todo un verano siguiendo las pautas marcadas (o sesiones de hermandad como yo las llamaba) lo conseguimos. Además cada vez que teníamos dudas, llamábamos o escribíamos a Jordi y en seguida nos daba su opinión.

Actualmente conviven las tres normalmente. Misha no se relaciona mucho y de tanto en cuanto hay alguna persecución, pero podemos decir que en casa reina la paz y la concordia. No hay soluciones mágicas, porque cada gato es un mundo, pero con la ayuda de Jordi esta solución acaba llegando.